“El que confunde” = “el diablo”.

Lucas 4, 1-13.

Ciclo C, Domingo 1º de Cuaresma

Las tentaciones de Jesús son también las nuestras. Son las tentaciones de todos los cristianos de todos los tiempos. Las tentaciones son miles. El Evangelio las concentra en tres:

Está la tentación del “tener”: Dios debería servir como simple garantía de prosperidad material y seguridad económica. ¡Dios es bueno mientras bendiga mis negocios y me ahorre los propios esfuerzos! ¡Qué fácil habría sido para Jesús conseguir que todos lo siguieran! Bastaba con multiplicar panes y repartirlos gratuitamente. Pero Jesús está convencido: “El hombre no vive solamente de pan”. Comer es importante, pero no es todo. La persona no vale por lo que tiene, sino por lo que es. El verdadero pan es más que la comida. Necesitamos más que una buena economía. Es necesario alimentar el corazón con la Palabra del Evangelio, de manera que los hombres se repartan mutuamente lo que tienen.

¿Cómo se muestra hoy la tentación del “tener”?

¿Qué quiere decir que “el hombre no vive solamente de pan”?

Y está la tentación del “poder”. Plata, aplausos, poder y gloria de este mundo se pueden conseguir con relativa facilidad si uno olvida a Dios y se compromete con el mal. ¡Cuántos delitos se cometen cada día para obtener dinero o poder! Jesús es muy exigente: predica la necesidad de la renuncia y del desprendimiento, el amor aun a los enemigos, el sacrificio, la humildad… Esta clase de predicación no es justamente la más indicada para conseguir muchos adeptos! Mucho más fácil es ponerse del lado del diablo y permitir todo lo que Dios prohíbe. Un predicador de esta clase tiene aseguradas las mayores ganancias en este mundo y el aplauso de las masas. Jesús queda inflexible: “Hay que obedecer solamente a Dios”, aunque con esta obediencia uno pierda popularidad y “amigos”. El cristiano muchas veces tendrá que nadar contra la corriente. Seguir la “moda” en la forma de pensar o de vivir puede ser una forma de “postrarse delante del diablo”.

¿Cómo se muestra hoy la tentación del “poder”?

¿Qué quiere decir “Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto”?

Y está la tentación del afán por lo milagroso. Muchas veces le pidieron a Jesús que hiciera milagros para entretener simplemente a la gente o como condición para creer en él. A Jesús también le habría resultado muy fácil conseguir seguidores multiplicando milagros. Pero Jesús no eligió el espectáculo sensacional, sino la obediencia al Padre. No hay que tentar, quiere decir: poner a prueba a Dios. Sería exigirle que haga cada rato milagros para demostrarnos que él nos ama. Dios siempre está a nuestro lado, pero no podemos estar pidiendo milagros a cada momento, y mucho menos pedir milagros como una condición para seguir creyendo en él. A veces somos nosotros mismos que nos ponemos en una mala situación, y luego le queremos exigir a Dios que intervenga para sacarnos del apuro. Así como le propone el diablo a Jesús: que se tire desde lo más alto del templo para que Dios lo sostenga en el aire! O corremos detrás de cosas siempre nuevas, espectaculares y “milagrosas”, y no queremos hacer el esfuerzo humilde de la fe de cada día. No hacemos nada para crecer y fortalecernos espiritualmente, y después esperamos que por arte de magia se arreglen los problemas cuya causa es nuestro vacío interior. Y este es el momento en que curanderos, “parasicólogos” y otros “milagreros” te sacan sin grandes esfuerzos un montón de plata … ¡Queremos que Dios supla milagrosamente en un instante, lo que nosotros, tal vez durante muchos años, hemos descuidado. Como aquel alumno que durante todo el año no estudia nada, y después le pide a la Virgen que salga sobresaliente en el examen!

¿Cómo se muestra hoy la tentación del afán por lo milagroso?

¿Qué quiere decir: “No tentarás al Señor, tu Dios”?

El diablo no va a ser tan zonzo y presentarse como un mono feísimo, con cuernos y cola puntiaguda, con pata de burro y escupiendo fuego! Algunos tal vez se lo imaginan así. Nadie sería tan tonto como para dejarse tentar por semejante monstruo. El diablo es mucho más astuto: nos presenta el mal bajo la apariencia del bien, la mentira bajo la apariencia de la verdad, el egoísmo bajo la apariencia de tener personalidad, el odio bajo la apariencia de justicia, la frivolidad bajo la apariencia de felicidad. Justamente esto significa “diablo”: “el que confunde”. Para tentar a Jesús, hasta se valió de hombres que se fingían religiosos. Cuenta San Lucas que, en una ocasión, fueron algunos a ver a Jesús, y “para ponerlo a prueba (para tentarlo), exigían de él un signo que viniera del cielo”. Lc.11,16; ver también: Lc.11,29.

El diablo, o tentador, también puede valerse de nuestras debilidades personales. Y con frecuencia se vale de nuestra falta de sentido crítico.

¡Cuántos reciben la mentira más grande como palabra santa, solamente porque pasó sugestivamente por la tele, y no se dan cuenta que les están vendiendo gato por liebre!

¿De qué modo nos tienta el diablo?

La tentación es inevitable. Pero se puede detectarla y vencerla. Jesús se dejó conducir por el Espíritu Santo al desierto, lugar de soledad, de encuentro con Dios. Iluminados, animados y guiados por el Espíritu de Dios podemos vencer las tentaciones con las mismas armas de Jesús: oración, ayuno y la Palabra de Dios. Ayuno es abstenerse de todo lo que nos hace mal. Perseverando con nuestros Encuentros bíblicos, meditando asiduamente la Sagrada Escritura, aprenderemos a discernir lo que viene de Dios, y por eso nos hace bien, y lo que viene del mal espíritu, y por eso nos va a hacer mal. Así no perderemos lo esencial de la vista, y nos ahorraremos muchos caminos equivocados y, en consecuencia, grandes desilusiones.

¿Cómo podemos vencer la tentación?

Con el Miércoles de Cenizas hemos comenzado el tiempo de Cuaresma. Así como Jesús estaba cuarenta días en el desierto, nosotros nos preparamos durante cuarenta días a la Pascua: la fiesta de la Vida Nueva.

2 Respuestas a ““El que confunde” = “el diablo”.

  1. AY PADRE!!! el diablo siempre está alerta y se ha apoderado de este mundo, basta con ver lo que pasa en nuestra casa, el barrio …los jóvenes que tanta falta nos hacen se alejan porque su FE no se alimenta y, perdón, yo me crié con mi mamá, las dos solitas por así decir. Pero ahí conocí que DIOS es amor porque me regaló una madre que lleva el titulo también de padre. Me educó, me dio lo necesario, ni más ni menos, pero era muy feliz, y hoy, a pesar de todo, dentro de mi corazón tengo una felicidad tan grande porque DIOS ME AMA…..

  2. QUE BUEN TEXTO… LA VERDAD DE MUCHO APRENDIZAJE PARA LA VIDA ESPIRITUAL Y AUN MÁS, EN ESTE TIEMPO DE REFLEXIÓN, DONDE MAS TENTACIONES SE NOS PRESENTAN… POR ESTO DEBEMOS ESTAR FORTALECIDOS Y CONFIAR PLENAMENTE EN EL SEÑOR, CAMINAR DE LA MANO DE EL, PARA QUE LA VIDA SEA MAS FÁCIL Y PODAMOS SER FELICES, QUE ES REALMENTE LO QUE NUESTRO CREADOR QUIERE PARA CON NOSOTROS, AUNQUE EN OCASIONES PENSEMOS TODO LO CONTRARIO. ¡QUE TRISTE QUE SEA ASÍ! PERO PASA MUCHO…NO VEMOS A NUESTRO DIOS COMO UN SER DE AMOR, SI NO COMO UN SER CASTIGADOR.

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