«Encuentros bíblicos»

  • Introducción a la Biblia.
  • Historia de la Salvación.
  • Reflexión orante alrededor del Evangelio de las Misas dominicales.



Y aquí ofrecemos un ejemplo de los «ENCUENTROS BÍBLICOS»:

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El Padre Obispo Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, Chaco, Argentina, prologó el Ciclo B así:

GUSTAR LA PALABRA DE DIOS

UN ENCUENTRO EN SIETE PASOS

Hermano muy querido:

Tengo una alegría inmensa en presentarte esta nueva edición de “Encuentros Bíblicos, Ciclo B”, del P. Martín Weichs. El encuentro con la Palabra de Dios es maravilloso. “Tu Palabra, Señor, es la verdad y la luz de mis ojos”, cantamos en un salmo.

En las próximas páginas se te explican “Siete Pasos” para realizar un Encuentro vital con esta Palabra. Son fruto de una larga experiencia pastoral de misioneros con gente sencilla de muchas partes del mundo. Y desde hace tiempo el P. Martín los promueve en nuestra tierra argentina y latinoamericana. Si me haces un lugarcito en tu grupo, yo, como más viejo que el P. Martín, te voy a explicar a mi manera los Siete Pasos.

Primer Paso: “Invitamos al Señor”

Si es lindo invitar a un amigo a casa, cuánto más a Jesús. Como lo hicieron los dos discípulos de Emaús con el peregrino que encontraron por el camino (Lc 24,29), que resultó ser Jesús. A él le gusta que lo inviten: “Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos” (Ap 3,20). Cuando este Amigo entra, el encuentro con él transforma nuestra vida. ¿Recuerdas la transformación que produjo en los dos discípulos de Juan Bautista el encuentro con Jesús? (Jn 1,35-42).

Segundo Paso: “Contemplamos el texto bíblico”

Una lectura de la Palabra de Dios bien hecha supone que, tanto el lector como los escuchas, cumplan su papel.

En primer lugar, el lector:

Para leer bien la Palabra de Dios que corresponde al próximo domingo, el que lee ha de hacer la lectura como la haría Jesús. San Lucas nos cuenta que un día la hizo en la sinagoga de su pueblo, Nazaret (Lc 4,16-22). Imaginemos cómo leería:

a) Jesús leía con inteligencia. Seguro que los presentes en la sinagoga de Nazaret, al escucharlo, entendieron que Dios les estaba hablando. Así sucede siempre que, en un grupo o comunidad cristiana, el lector lee con inteligencia. Para esto no importa entender el significado de todas las palabras que se leen;

b) Jesús leía la Palabra con amor. No basta entender la Palabra con la mente. Es preciso que leas amando esa Palabra, que le creas, que la escuches con el corazón. Sólo así leerás con verdadera inteligencia;

c) Jesús leía amando a sus hermanos. Nunca leas un párrafo del Evangelio pensando “esto está dicho para Fulano de Tal”. Si el pasaje bíblico incluye una amonestación severa, piensa: “Esto Dios me lo dice primeramente a mí”, “nos lo dice a nuestro Grupo bíblico”;

d) Jesús leía adoptando los sentimientos propios del texto sagrado. Leer la Biblia no es lo mismo que leer el diario, o el texto de un filósofo, o una poesía;

e) Jesús leía adaptando la voz al ambiente donde leía. Si lees en el pequeño salón de una casa de familia, el tono de tu voz será distinto que si lees en el amplio salón de la Parroquia.

En segundo lugar, los que escuchan:

A la lectura bien hecha por parte del lector, ha de corresponder la contemplación amorosa de Jesús que habla por parte de los que escuchan su Palabra. Si el lector lee bien, pero los demás no escuchasen con fe y amor, la lectura bíblica no podría frutificar. Sería como la semilla que echa el sembrador, pero que el viento la arrastra al camino, donde se la comen los pajaritos (Mc 4,4).

Tercer paso: “Permanecemos en el texto”

Después de leer y escuchar con amor, conviene volver sobre el texto, de acuerdo a las preguntas que se proponen. Éstas nos ayudan a reconstruir la escena bíblica y a insertarnos en ella. No se trata de un juego de adivinanzas, a ver quién responde más rápido o mejor, sino una ayuda para estar cerca de Jesús y escucharlo a él.

En el texto bíblico a veces tropezarás con frases que no entiendes. Ello es así, especialmente, porque fueron pronunciadas hace dos mil años en una lengua distinta de la nuestra. No te inquietes por ello. Leyendo y leyendo, te irás familiarizando con el lenguaje de la Biblia, y cuando menos lo pienses todo se te irá aclarando. La Biblia es a veces como la nuez. Tiene una corteza dura, que cuesta romper. Pero de a poco, aprendes a romper la nuez, y entonces se te ofrece como un rico fruto de Navidad.

Cuarto paso: “Escuchamos lo que la Iglesia nos dice”

La Palabra de Dios está encomendada por él a la Iglesia. Por eso es ella quien la publica, nos la lee, nos la comenta en la homilía del domingo. Esto último lo hacemos en los Grupos Bíblicos de manera muy sencilla. El P. Martín nos propone para ello un pequeño comentario. Muchas veces parte desde un cuento popular, como hacía Jesús que partía de una parábola o comparación tomada de la vida diaria: “Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender” (Mc 4,33).

Quinto paso: “Hacemos silencio”

Cuando uno habla y otro escucha, se origina una “conversación”, un trato amistoso. El que habla puede hacer una pregunta, formular un pensamiento, hacer una propuesta. El que escucha puede responder una pregunta, aportar su conocimiento, preguntar a su vez. Y los dos pueden así seguir “conversando” e intercambiando conocimientos y experiencias, enriquecerse mutuamente, hacerse amigos, y, en el caso del varón y la mujer, llegar a una declaración de amor.

Pero para hablar y para escuchar hace falta silencio.

Si el que habla, dijese todo de golpe, no se le entendería nada. Debe pronunciar palabra por palabra. Incluso, en cada palabra, debe distinguir una sílaba de otra. Para hablar bien hace falta un mínimo de silencio. Además, el que habla no debe olvidar que no sólo se habla con los labios. Una actitud tranquila y atenta frente al otro, le dice a éste mucho más del respeto que le tiene que miles de palabras sobre la dignidad humana.

También es preciso hacer silencio para escuchar. Si mientras el otro habla, el que escucha ya le estuviese respondiendo, no lo habría escuchado, sólo se habría escuchado a sí mismo. Y posiblemente pierda a un amigo.

En la cultura contemporánea se tiene miedo al silencio. Ejemplo de esto: muchos periodistas que formulan preguntas sin entender lo que preguntan. Y muchos que les responden al instante sin pensar lo que responden. Hoy nos parece inconcebible decir en público: “Ahora no sé responderle, lo voy a estudiar y después le digo”.

Esto que vale del lenguaje humano, vale igualmente de nuestro hablar con Jesús. El miedo al silencio también se mete en la Iglesia. Y cuando esto sucede, la Palabra de Dios no es pronunciada ni es escuchada. Así a veces se descuida preparar la catequesis, la predicación dominical, las celebraciones sacramentales. No pocas veces, el silencio después de la comunión, que está recomendado, se lo rellena con miles de iniciativas, que quedarían bien después de la oración de postcomunión, pero que quedan pésimo antes de ella. Lo mismo que ciertas manifestaciones festivas realizadas en un momento inoportuno durante las celebraciones, pues interrumpen su profundo mensaje litúrgico y catequístico. Por ejemplo, los aplausos mal ubicados dentro de las ordenaciones sacerdotales, o de las profesiones religiosas, o repetidos excesivamente, pues destacan demasiado la figura del ordenando o del religioso que hace los votos, y desplazan la figura de Jesús, que es el verdadero protagonista de la celebración, y el que de veras nos habla. Cuando ello sucede, la gente se va sin haber escuchado lo que Jesús quiso decir a la comunidad reunida.

Sexto paso: “Dialogamos: ¿qué espera el Señor de nosotros”

Todo lo que Jesús enseñó, lo enseñó no sólo para que lo conozcamos y tengamos una mejor cultura religiosa, sino para que lo vivamos, y así su enseñanza transforme nuestra vida. Si enseña que Dios es nuestro Padre, no es sólo para que nos distingamos de los antiguos egipcios que idolatraban al Buey Apis como a un dios. Es para que nosotros tratemos a Dios como a Padre, vivamos como sus hijos, y nos tratemos entre nosotros como hermanos. Por ello, toda lectura de la Palabra de Dios bien hecha, apunta a ser recibida en el corazón y a transformarse en obras que manifiestan que una vida nueva ha comenzado en quien la escuchó. De allí que conviene que intercambiemos entre hermanos lo que la Palabra leída nos sugiere.

Séptimo paso: “Oramos juntos”

Para transformar nuestra vida no basta nuestro esfuerzo. Debilitados por el pecado, podemos esforzarnos mal y entorpecer que la Palabra de Dios germine y fructifique en nuestra vida. Por ello, siempre hemos de suplicar a Dios su gracia para que recibamos su Palabra “en tierra buena”, y esta fructifique “al treinta, al sesenta y al ciento por uno” (Mc 4,20). …

Te abrazo con afecto, y pido al Señor te bendiga abundantemente, a vos, a tu familia y a todo tu Grupo bíblico.

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“Todo  el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.” (Mt.7,24s.).

Y aquí un testimonio desde Cuba:

Hola padre Martín, cómo ha estado? Antes de continuar quisiera presentarme, mi nombre es Hernán Darío Acevedo. Soy un sacerdote colombiano que desde hace tres años estoy prestando mis servicios misioneros en la parroquia de San Cristóbal, Diócesis de Pinar del Río en Cuba. Esta experiencia ha marcado mi servicio pastoral y vocacional  de una forma increíble; el compartir la fe con el pueblo cubano se ha convertido en una riqueza inmensa que me hace muy feliz.


Le cuento que desde que llegué aquí tuve la oportunidad de conocer el excelente material de estudio del Evangelio que de inmediato comenzamos a compartir en las reuniones. Como ya sabrá, en Cuba nuestro servicio consiste en acompañar a las personas, y así se van formando las pequeñas comunidades. Nuestra parroquia cuenta con 12 de estas comunidades que visitamos una vez a la semana. Visitamos los hogares y a los enfermos, y normalmente en la noche, compartimos el Evangelio del domingo siguiente. Por lo lejanas que son estas comunidades sólo pueden participar de la Eucaristía una vez al mes, pero siempre profundizamos el Evangelio con el material que usted escribió. La gente conoce y disfruta muchísimo estos encuentros. Entre ellos escogen quién dirigirá el encuentro, y lo preparan a conciencia. Es una experiencia maravillosa.

Ya con el Padre José, con el que usted ya entró en contacto, ha recibido nuestro agradecimiento, porque todos aquí estamos creciendo con la experiencia de Jesús que usted nos transmitió a través de los encuentros.  Siempre será bienvenido en nuestras comunidades cuando le sea posible. Dios lo bendiga siempre.

8 Respuestas a “«Encuentros bíblicos»

  1. Ana María Pena

    Estimado padre Martín:
    Recién mi sobrino Nicolás me trajo el material, y me pareció excelente.
    He trabajado 25 años en la Pastoral Bíblica en Lomas de Zamora (Buenos Aires) y estuve como Directora hace unos años. También soy catequista.
    Mi inquietud es la siguiente: este sobrino que me proporcionó los libros es ciego, y a él le encantaría tener acceso a este material, así como el que han publicado de catequesis para adultos. Nicolás dispone de un equipo de computadora con Jaws, que es un programa que lee lo que aparece en pantalla.
    ¿Existe material en formato digital, que él y otros ciegos puedan aprovechar? ¿Se podría elaborar en caso de que aún no exista?
    Muchas gracias por su atención,
    Ana María Pena de Blanco

    • Hola, Ana María, gracias por tu comunicación y juicio que anima. Hasta el momento existen en braille solamente los 17 temas del “Precatecumenado” del “Camino con Cristo, Catecumenado de adultos”. ¿Sabés cómo y quién podría hacerles accesibles más textos a los no videntes??? De mi parte, haría todo para que sea posible. ¿Les servirían doc en pdf? Un saludo y una bendición especiales para tu sobrino Nicolás y para vos un gran abrazo…! Que los angelitos los cuiden.

  2. ernesto nahuelhual

    buenas tardes les escribo de trelew chubut , como podemos hacer para que uds , no pudieran enviar , los libros ciclo a b y c y los costos
    gracias nahuel de la parroquia Nuestra Sra de la PAZ

  3. Hola Padre, cómo va?
    Soy un sacerdote brasileño y hace más de cinco años que trabajo como misionero en Argentina. Siempre me gustó y me interesó la catequesis. Siempre pensé en una forma distinta de realizar la catequesis y Argentina me dio la oportunidad de conocer y trabajar con la catequesis familiar. Hace más de tres años que vengo trabajando «duro» con los catequistas de la parroquia para que nuestra catequesis esté cada día más cerca de la liturgia dominical, para que ambos, catequesis y liturgia, se hagan vida en la historia de cada familia. En uno de nuestros seminarios de formación permanente para catequistas hablé del tema: LA TRILOGÍA (Catequesis, Familia, Liturgia Dominical). No es fácil, pero vamos de a poco.
    En nuestra catequesis el tema central es el Evangelio del domingo siguiente y del Evangelio a la vida, relacionando con el AT u otras citas que nos ayuden a comprender el mensaje dominical. Me interesa conocer el material que ustedes publican, para eso, necesito saber cuánto cuesta, si es una sola remesa o si la publicación es mensual.
    Estoy en la Arquidiócesis de Bahía Blanca. Se pueden comunicar conmigo también, además de mi correo particular, a través de esta dirección: par.antoniodepadua@gmail.com

    Muchísimas gracias y me pongo contento por el trabajo que ustedes realizan pensando en la formación integral de nuestras familias.
    Un gran abrazo, P. Adelino

    • Hola, Padre Adelino:
      Gracias por tu comunicación…
      Me gusta mucho lo que me contás. Estamos del todo de acuerdo. El futuro de la catequesis y la liturgia va en esa dirección, como un todo. Nos lo vuelve a enseñar también el Catecumenado de adultos…
      Los «Encuentros bíblicos» son parte de toda una propuesta pastoral-catequística para transformar la parroquia en una Comunidad fraterna y misionera. Ahora cuenta también con el aval de Aparecida.
      Se trata de 4 libritos: una introducción general en la Biblia y la Historia de la Salvación, y los tres Ciclos dominicales A, B, y C.
      Es fácil para conseguirlos: entrá en “Contactos”. La Librería San José de Posadas te los manda inmediatamente. Indicá el transporte más conveniente. En el mismo lugar se encuentra la lista de precios en vigencia.
      Ahí en la página http://www.libreriasanjose.com.ar/ bajo “Catequesis familiar > Subsidios” encontrás también 11 presentaciones PowerPoint que explican la propuesta. Personalmente tengo experiencias muy, pero muy positivas y bendecidas en tres parroquias distintas. Incluye una formación básica de 8 años. 4 años de Catequesis familiar son en estilo catecumenal. Te digo que aumentó la participación en todas las comunidades, en algunos casos hasta más de veinte veces. Acá en Resistencia en la nueva Parroquia Verbo Divino, en pocos años, colaboraron más de 1300 (mil trescientos) laicos en la pastoral parroquial, entre ellos más de 400 catequistas. Llegamos a contar con unos 150 grupos bíblicos. Una gran bendición del Señor!
      Espero que puedas encontrar lo que buscás…
      Con un fuerte abrazo en Jesús, Maestro y Buen Pastor.
      P. Martín.

  4. Comparto plenamente con el comentario que reliza el sacerdote desde Cuba, sobre la excelencia de los materiales de estudio del evangelio, que tenemos el privilegio de compartir tambien en nuestra comunidad, la leonesa. Es realmente muy bueno y me encanta la metodologia de trabajo que propone en cuanto a las actividades que deben realizar los chicos. Es muy claro y acorde a la realidad actual. Es bueno saber que compartimos los mismos materiales con otros paises y estamos unidos de esta forma y sin lugar a duda por nuestro padre.
    Gracias por compartir todo lo que sabe y siente con la comunidad.
    Saludos y un fuerte abrazo!!!

  5. Padre Josef Bocktenk

    le felicito por estos ENCUENTROS BIBLICOS, los uso hace tiempo…
    Padre Jose
    Cuba

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